Proyecto de siete viviendas para ancianos que buscan dejar sus grandes casas por otras más pequeñas donde poder manejarse y mantener mejor. Las exigencias son claras: una sola planta, espacio de acceso, y dos dormitorios con baños y váter separados.

Se propone un sistema de viviendas pareadas con un total de 90 m2 construidos optándose, en contra de la petición inicial, por un sistema de cubierta plana con el fin de facilitar un sistema de lucernarios que iluminen los cuatro habitáculos que conforman los baños.
El resultado son unas viviendas inundadas de luz natural tanto lateral como cenital, que juegan con sus diferentes alturas y alineaciones de fachada y que aprovechan la inclinación de la calle para generar unos ritmos muy interesantes y unos espacios exteriores agradables y atractivos.