En una parcela ciertamente compleja; en esquina, con diferencias de cota superiores a los tres metros y alejada del mar, aunque (se intuía) visible entre montes, pregunté a nuestros clientes:

-¿Qué esperáis de vuestra futura casa?

-Queremos ver el mar.

Esta es la base sobre la que se cimenta esta vivienda.

Tras varios estudios “in situ” y de planos a gran escala, pudimos determinar la posición idónea donde situar la vivienda, así como determinamos la necesidad de ganar en altura, la posición exacta de las ventanas, sus formas y ángulos.
Esto, añadido al programa de necesidades, las características del lugar, normativa y estudio de la luz, son los ingredientes que determinan la forma tan característica de la vivienda.

El programa se desarrolla de forma completamente funcional: Dos prismas, uno de acceso con corredor desde donde acceder a las escaleras, baños y dormitorios; y otro que alberga la zona de cocina, comedor y salón.
Cocina, comedor y salón se abren al sur, desde donde se accede a la terraza con piscina, con vistas al mar al este, al sol al sur y al pueblo de Mojácar con su montaña al oeste.

Las tres ventanas en esquina, correspondientes a los dormitorios, están orientadas al este y al sur, para aprovechar la luz solar y las vistas al mar. La orientación norte se reserva para las escaleras y los baños.
Desde todas las perspectivas del interior, se ha incluido una ventana al final de cada espacio, con el fin de no cortar las vistas, sino proyectar las visuales más allá de la vivienda.

Por último, abajo se sitúa el garaje y un pequeño apartamento para invitados.
El resultado es una vivienda a medida de nuestros clientes, funcional, adaptada al entorno y a la parcela, llena de luz y ventilación natural, que busca integrarse y respetar la arquitectura de Mojácar y la fragmentación que la caracteriza, a la vez que ofrecer una imagen moderna y vanguardista de esta.